Invocación a la célula inmunológica
¡Defiéndeme,
ay, célula insobornable!
procúrame
tu espada, saca los afilados dientes
para
morder la sal y la fruta exquisita
rómpele
la quijada a esa maldita lepra
y
defiéndeme de mí, te lo ruego,
límpiame
esta piel del dolor
sé
la hábil guardiana y sé mi amor fiel,
cuídame
el corazón de humillaciones
te
suplico, sáciame el agua
trayéndome
la sed y agudizando
mi
sentido del sexo, ah
¡y
bendíceme la palabra!
ama
a mis pies y mi columna,
suéltame
el pelo con tu lengua
o
con trozos de chocolate
¡dame
tu vino y entrégame, célula majestuosa,
un
poco de tranquilidad!
© Emilce
Strucchi
Y bendice la palabra!!
ResponderEliminarBravo!!
Poema muy original movilizador. Me gusta...
ResponderEliminarClaudio Simiz
Y sabías o fue por chance que las enfermedades
ResponderEliminarauto-inmunes justamente se producen porque
nuestra mente y cuerpo quieren protegernos? Me identifiqué!
: )
¡Qué original tu invocación, Emilce!
ResponderEliminarY tan bellamente expresada.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León