En el jardín
sentado en un banco
recorro con mi
pensamiento
asuntos pendientes
entre mis cavilaciones
percibo
una vida diminuta que
camina
sobre una de mis
piernas
no tiene sombra
tan leve su presencia
no puedo
sin embargo
dejar de advertirla
intuyo su horizonte
la música que acompaña
sus pasos
el temblor con que
aguarda
el próximo instante
vida paralela
copia sin previo aviso
© Carlos Dariel
Muy lindo texto, recorrido delicadamente por la idea de la esencia común entre las especies. Me gustó mucho. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarHermosa ilustración para un poema que trae calma e invita a disfrutar lo natural.
ResponderEliminarAbrazos
Betty
Esa pequeña vida no pasa desapercibida, no para un poeta...
ResponderEliminarMuy bueno, Carlos!!
ResponderEliminarBesossssssssss
Buenísimo poeta , tu si adviertes la vida
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Así aprendemos, amigo, dejando que la naturaleza nos hable.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Bello poema, que nos recuerda cuánta vida hay alrededor nuestro. Una vida que pocos miran, pero que no pasa desapercibida para el poeta, que sabe, como tú, que está allí y se hace presente (¿tal vez para no sentirse sola..?)
ResponderEliminarCelina
Carlos, poeta sensible atento a lo que lo rodea. Un recurso magnífico (Cortázar lo usaba a menudo), transformar un microcosmos en un macrocosmos, como poner una lupa sobre un objeto diminuto y hacerlo el centro de lo narrado.
ResponderEliminarme gusta mucho tu texto, deja tu voz una sensación de calma
ResponderEliminargracias, lo he disfrutado
francisco
Muchas gracias a todos por la lectura y los comentarios vertidos.
ResponderEliminarC. Dariel