ABUELA
Esto que se llama edad
hace su nombre
arcaico
y prehistórica su palabra.
Ya no sé si son cataratas;
pero el rostro que ella ve
es un esquema blanco y negro
de si misma.
Para distinguir colores
yo le he prestado mis ojos
© Andrea Álvarez
Texto emotivo, grato. Me transportó a mis ya lejanas "Nona" y "Bove"... cuántos recuerdos...gracias.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Provoca ternura desde el título.
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela Barbero
Qué fuerte!! La ternura habita en el poema.
ResponderEliminarBesos
conmovedor, Andrea, "eso que se llama edad" es una razón arcaica y prehistórica que el corazón no comprende. Bello homenaje, expresa sólo amor, lazo fuerte.
ResponderEliminarAbrazo, Marta Ortiz
Hermoso poema con un final que me estremeció.
ResponderEliminarUn abrazo
Alicia Borgogno
bello, emotivo, tierno. ¡ qué buen poema para el alma!! susana zazzetti
ResponderEliminarQuerida Andre,
ResponderEliminarcuánta nostalgia de la nonnina,
gracias por tu mirada y por este
merecido homenaje a las abuelas
Muy bueno!
Cariños
Elisa Dejistani
Me emocionó mucho tu poema. La alegría del nieto pinta colores en la vejez.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Conmueve mucho tu poema. Me hizo regresar a la mirada de los ojos de mi abuela Vic. La vejez plena de belleza no es vejez, es poesìa!!
ResponderEliminarGracias por saber escribirlo y compartirlo!
Cariños
Hilda Dìaz
Le pongo un 10 a tu poema, querida Andrea, porque la ternura está expresada con inteligencia y altura poética. Gracias.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
VER POR LOS OJOS DE OTRO ES UN ACTO DE AMOR
ResponderEliminarY...Andrea, el poema nos toca, es parte de la historia de cada uno pero lo has dicho con tanta ternura, tan eficientemente, que va en el abrazo mi gratitud por tu palabra.
ResponderEliminarBesos
Lily
Corazón, gracias en el nombre de tantísimos nietos... una belleza de ternura.
ResponderEliminarTernura muy bien expresada, todos recordamos a nuestras abuelas, gracias Andre!! Besote, María Chapp
ResponderEliminar¡Cuánta conmovedora ternura y belleza, Andrea!
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María Rosa León