LUDWIG II
Pálido como un
cisne muerto
yaces ahora bajo
lo profundo
de la piedra seca.
Alma despiadadamente
sola,
alma rota,
lejano amor que sólo
la música consuela,
alma donde los
huesos lloran
un abismo sin
cuerpo
lento hacia la
noche.
Hacia la noche vas
solitario vuelo
de la pena,
exhausto cuerpo
sin amor,
tu corazón es un
espejo negro
desgarro oscuro que
Dios ha escuchado
tantas veces.
Veo la misma
montaña que tanto amabas,
cansada roca,
bella y lejana,
horizonte caído.
Mudo y silencioso,
Ludwig.
© Amalia Mercedes
Abaria
Cuánto desgarro en las palabras, imágenes de dolor y soledad. Bello poema.
ResponderEliminarGraciela Barbero
De tanto dolor surgió tan bella música Muy bueno el poema y el homenaje Un abrazo Amalia
ResponderEliminar"Hacia la noche vas solitario vuelo de la pena" magnífico, sí, es un poema del desgarro y un homenaje sublime.
ResponderEliminarIgnacio
la montaña y la música, ambas perduran. Un gusto leerte Amalia.
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