Reliquias
Lo que se obstina en permanecer 
es aquella ceremonia.   
Apócope de luces, la asepsia del mosaico,
 la
cadena (y una -ausente- ahorcándose 
en el metal del campanario).  
Pero el mosaico comienza a llenarse 
del orín que los salpica 
y él-el que golpea- suspende su gesto: mirado,
el barniz refulge entre pedidos de celdas .   
Después 
la muchachita y el verdugo 
(su forma de andar recordará al padre) 
harán boda 
harán hijos 
harán compras.   
En un viejo galpón (alquilado) 
sutiles de ley algún fin de semana 
se desmienten (ajenos).   
Debajo de una frazada –transparente-
desamparados también 
lloran
© Susana Szwarc

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