Cada ceniza de cada fuego es el
producto de lo que se ha consumido y se dispersa, de lo animado que ya no
anima,
de lo que no sirve.
La que fue brasa, extensión de
fuego, la que salpicó un volcán, la que se arrastró en la nube, la que se guardó
en la urna, la que fue abrazo y contacto y la que atestiguó la ceremonia, la
noche, el cenicero.
Y la que tapa el sol.
Algo, que antes era sólido,
ahora es forma informe, inestable, frágil,
certificado de lo ardido.
La que cuelga en la punta de mi
cigarrillo romperá pedazos de mi respiración;
la que se desprende de los
troncos, mostrará la mutación de vida en muerte, la que deja el cuerpo al quemarse será resumen de un pasaje.
Y que se haga la voluntad de continuar en un encierro, o de volar al viento.
Y cada montón de ceniza formará la nada y la nada tendrá ese tono gris de lo que ya perdió la sangre, la savia, la posible luz.
Porque toda la ceniza es
llovizna, niebla, desencuentro, un sutil desprendimiento, una insignificante
libertad de terciopelo.
Inútil, como la ceniza de la lengua cuando la palabra decreta el odio, como el polvo de las constelaciones que nunca comprendemos, como las raíces de las plantas secas, como la basura de las flores cuando la felicidad dispone olvido, como este incendio
que nos
reduce a la poesía.
Y nos iremos, después de tanta
hoguera.
Seremos la contorsión, el giro,
la pirueta de una lámina,
una porción de algo capaz de
disolverse con los dedos,
un puñado de harina bajo
tierra,
un resto de alfabetos listos
para el soplo.
© Laura Massolo
Estimada Laura: Tu poema es una profunda reflexión sobre la fugacidad de la vida que nos lleva a la sentencia de "polvo somos". Me gusta como lo vas desarrollando y me quedo con ese verso de "Y nos iremos después de tanta hoguera".
ResponderEliminarUn abrazo poético
Carmen Amato
Comparto el profundo comentario de Carmen. Siempre admiré a los poetas que saben sostener un poema extenso sin perder intensidad. te felicito.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Impresionante, Laura. Todos somos esa ceniza, todos lo sabemos. ¡Pero hay que decirlo como vos podés decirlo!
ResponderEliminarMi abrazo emocionado,
Osvaldo
celebro tu interpretación serena y profunda. sin dudas, la infinitud es lo que nos caracteriza a los seres humanos. me trajiste el recuerdo de un verso de quevedo " seré cenizas más tendré sentido./ polvo seré, más polvo enamorado" mis felicitaciones. susana zazzetti.
ResponderEliminarTu poesía no es del instante, tu poesía merece siempre más lecturas, hay más rayos en la luz que nos muestras. Un abrazo
ResponderEliminarLIly Chavez
vuelvo a leerte y a corregir un error: donde dice " infinitud" corresponde " finitud". un abracito. susana zazzetti.
ResponderEliminarExcelente texto, Laura. Compartiendo "este incendio que nos reduce a la poesía", un gran abrazo.
ResponderEliminarCoincido con mis compañeros, Laura. Acá hay sustancia, no hay lugar para la oquedad... gracias!
ResponderEliminarDavid A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida Laura: genial poema! Un abrazo
Excelente poema.Gracias por el fuego...Un abrazo
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