Vivir sin Dios
Tal vez Nietzsche tenga razón
y Dios ya esté muerto.
O quizá sólo algo distraído.
O ebrio como los Stones.
Dios parece ser buena coartada
para disimular humanos desatinos.
Entonces tenemos:
hambrientos sin pan
peregrinos sin abrigo
amores huérfanos
huérfanos sin amor
perros que buscan dueño
dueños sin sueños
tsunamis de indignados
indignados sin ilusión.
guerras santas, guerras étnicas,
guerras sagradas, guerras justas,
héroes de guerra, dioses de la guerra
ángeles que son sicarios
sicarios que raptan ángeles.
Quizá Dios no esté ausente
sólo un poco avergonzado
de las falaces estrategias
de echarle la culpa de todo
a los caminos misteriosos del Señor.
© Ricardo Juan Benítez
¡Qué genial, Ricardo!
ResponderEliminarDios no está muerto ni distraído: está sólo dolido y avergonzado.
Aplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León
Dios vivirá siempre solo que a veces no logramos entender sus designios y nos duele la inconprencion
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Excelente poema Ricardo!
ResponderEliminarQuerido Richard,
ResponderEliminarcuánta sabiduría en este poema alegato, bien estructurado, con imágenes de gran contundencia.
Magnífico trabajo!
un abrazote, Eli
Elisa Dejistani
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarEstimado Ricardo: muy buen poema. Te felicito.
Ay Ricardo!! nada menos que la marca del siglo XX, enterita (y su seguidor, el XXI, nada menos que la frasecita de Nietsche que dio vuelta el orden del mundo, cabe en tu poema, con todo el registro de vergüenzas que jalonan el accionar humano!! Gracias por este poema necesario. Abrazos, Marta Ortiz
ResponderEliminarBravo!!! Saludos
ResponderEliminarPatricia Corrales
Leer el poema, "escucharlo", quedarme reflexionando. Fue muy bueno.
ResponderEliminarAbrazo amigo
Lily Chavez
Leer el poema, "escucharlo", quedarme reflexionando. Fue muy bueno.
ResponderEliminarAbrazo amigo
Lily Chavez
Magnífica manera de poner en camino llano tantas dudas laberínticas.
ResponderEliminarPor la sana crudeza de las palabras.
Claudio Simiz