Poema de Patricia Corrales
¿Cómo es que se terminan las palabras?
¿Cómo es que el sonido deja su furia a la espera de
una señal?
¿Cómo la levedad ha pisado para quedarse?
¿Cómo iré caminando esta nueva tierra?
¿Cómo?
No quiero entregarme pero la pena es mala compañía
Hace desajustes en mi brevedad
La intención ya no cuenta, los milagros no me
suceden
Debo renunciar a voces intolerantes
A los miedos de los otros, a la injusta justicia de
dedos inquisidores
¿Cómo saber que hago lo correcto?
¿Cómo?
© Patricia
Corrales
8 comentarios:
Tu poema, Patricia, que pide que la voluntad del yo poético se ajuste a lo que quiere él mismmo, no a la voluntad de otros y sentís deseo de silencio y angustia por la falta de libertad y por esa ibertad de las voces que se acallan y estar solo.Una propuesta filosófica con el desgarro de la emoción y la belleza. desgarro de la poesía. Y Más será si el yo se refiere al poema, pues se dice que al escribir hacemos un mosaico con todo lo leído y oído. Un beso Isabel Llorca Bosco
Rebueno Pat
seguir y seguir sin esperar respuesta
desde graciela abrazo
Preguntas fundamentales que la poesía no tiene por qué responder. Ella mete el dedo en la llaga y produce belleza y una verdad alejada de toda lógica. Gracias por este inquietante texto, querida Patricia.
Jorge Luis Estrella
Gracias por los comentarios. Isabel me viste el alma, saludos y un fuerte abrazo
Intuición... y algo de suerte. Nada es certero en la vida, excepto la duda. Un buen método es poner negro sobre blanco las dudas exsistenciales... y si es con una poesía tan hermosa como esta el combo esw perfecto.
David A. Sorbille dijo...
Estimada Patricia: magnìfico poema. Un abrazo
Patricia,
una manera de afrontar el espacio poético, esa aproximación al misterio, poblado de interrogantes tantas veces sin respuestas.
Un lúcido y sensible cuestionamiento que abarca diversas esferas de la vida, de la palabra cuando inquiere, y de la justicia, que en la mayoría de los casos suele no ser justa.
Excelente trabajo, te felicito.
Cariños
Elisa Dejistani
Los interrogantes y la angustia recorrida en estos versos convergen en la sensibilidad del lector que se identifica con tan bello poema. Un sin número de evocaciones que conmueven al ser humano.
Graciela Licciardi
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