“Cerrada la única
salida, tuve la llave
de la certidumbre”.
Beatriz Schaefer Peña
Pude ver el ojo esa
noche.
Un ojo que contaba con
una especie de placer
y de displacer.
Un ojo arremansado.
Un círculo más humano.
Era un solo ojo
que acudía a
concentrar
todas las miradas.
Ojo erguido.
Ojo plural
al que nada ni nadie
había podido vencer.
© Lidia Vinciguerra
Poema intenso, certero de certidumbre en ese ojo tan único, tan humano de esencialidad de conciencia iluminada de serena sabiduría en la percepción de la existencia. Lirismo que se aprieta en la síntesis del pensar y el sentir. Abrazo grande, Lidia. Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarUn poema que encierra varios poemas, como u juego de cajas chinas, el ojo avezado que nos conmueve, nos guía, nos examina. Felicitaciones por la condensación lograda.
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Ese ojo que mira y sabe , ese ojo que llevamos dentro e intuye , ese ojo que tan bien dejas ver en tu poema , poema breve y contundente
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