lo
hicieron viento y mar
con
tenacidad que agobia
las casas
y los jardines todos
que hacia
la playa esperaban el lento milagro
de los
amaneceres
fueron de
a una quebradas y los cerezos
(puestos
por sombra
a bordear
la viboreante costanera)
cayeron
también
fueron
llevados mar adentro
el
malecón (desde el cual desayunábamos
mirando
en el filoso horizonte
unos
precoces barquitos pescadores)
no es
sino muñones
de un
cemento quebrado y ya sin huellas
va costar
acordarse de que hubo allí
algunos
que vivieron en un vals lejano
escuchando
unas voces y ondulando
a la
sensible brisa de la vida
mira esto
reinar
solo es
marea sin luz que allí trabaja
desinteresada
del signo de los sueños
somos esa
resaca desprendida
que por
un momento aún
desciende
junta
© Carlos
Alberto Roldán
Una pintura bella y valiente de un paisaje que aparece vivo y latente.
ResponderEliminarFelicitaciones, Carlos, y un gran abrazo
María Rosa León
Excelente poema para una memoria dolorida.Buen 2013. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarConmemorativo , recordar nos pone frente a la realidad, me gustó el poema
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Conmemorativo ,recordar nos pone frente a la realidad, me gustó el poema
ResponderEliminarmaria elena tolosa
¡Guau, Carlos! ¡Que poesía de bella melancolía! Gracias.
ResponderEliminarLa melancolía y el recuerdo imperan en los versos que gustamos leer desde la proximidad de la vida y la sensibilidad.
ResponderEliminarGraciela Licciardi