DESTIERRO
Ella
soltó los pájaros
habitaban
su pecho
los
vomitó uno a uno
como
sueños muertos
cerró la
boca
asesinó
el sonido del recuerdo
amamantó
el silencio
por doce
lunas llenas
luego
renombró
cada
objeto de la casa
halló
vocablos nuevos
para acallar
su ausencia
© Anamaría
Mayol
Bellísima manera de empezar, todo dicho con palabras precisas y atractivas. Me encantó la imagen.
ResponderEliminarAbrazos
Betty
¡A la pucha! Anamaría con que hermosa poesía ha comenzado la parte final del duelo... o del recomienzo.
ResponderEliminarUsted sabe... usted me puede... gracias...
ResponderEliminarEsa posibilidad de reciclar el mito del ave fénix... ese rehacerse desde la nada, crear un mundo nuevo donde sólo quedan cenizas. Bravo Anamaría!, reflejaste la historia de muchas/os.
ResponderEliminarAbrazo, Marta Ortiz
Quién no pasó por esta experiencia? Por supuesto que como poeta la decís de una manera azuladamente bella. Gracias.
ResponderEliminar