Conocer
con los ojos cerrados
la forma en que el mundo opera
es un suave secreto.
Decreto que en su mera operación
descifra la enjundia
la oscuridad de esos ganchitos
guardianes
ante la ley de tu espalda.
No hay mejor modo que
con los ojos cerrados.
La mecánica y la física en la sublimación
de pequeños metales incandescentes
negándose a liberar
las fuerzas ocultas de tu universo.
Mis dedos no ven.
Todo es olor
humedad
viento fresco que mueve las cortinas
en la ventana.
Será la imposibilidad
un roce de tela sobre piel
un ciego que disfruta ser visto.
© Walter
Iannelli
que lindo!
ResponderEliminarque lindo!
ResponderEliminarUna visión simpática y avezada de un tema cotidiano y como Gisela cuando lo lei pensé "que lindo"
ResponderEliminarMe encantó tu poema, Walter. Es muy sensual, táctil. Los últimos tres versos me resultan difíciles de comprender dentro de la lógica del texto, pero eso seguramente tiene que ver con mis limitaciones. ¡Muy feliz 2013! Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminar¡ingenioso! y dulce
ResponderEliminarfeliz 2013!!!
Anahí Duzevich Bezoz
me gustó hay toda una idea de no ver y una sensación táctil que provoca cierta sensualidad...
ResponderEliminarHermoso poema para un momento clave!
ResponderEliminarCelina
Muy buen poema, Walter, y muy original. La torpeza para desprender la prenda es una demora erótica, tal vez inconscientemente intencional. Es peligroso dejar libres "las fuerzas del universo". Un abrazo Isabel Lorca Bosco
ResponderEliminarQué grande Walter!!
ResponderEliminarMientras leía tus versos, pude ver imágenes donde participé de esos momentos de ganchos negros, los que abrazaban mi universo!!
Muy original tu poema!! Se detiene en un instante, en lo previo, en las puertas del deseo. En la apertura de esos "ganchitos guardianes" que contienen y desbordaràn lo que aun permanece oculto.
ResponderEliminarEspalda, dedos, olor, humedad, roce, piel, viento fresco, todo nombra al erotismo.
Me encantò tu trabajo!!!
Un cariño
Hilda Dìaz