RECORDAR
Al menos pudo recordar la época
en la que recordaba,
aquella época de memorias lúcidas
amortiguando el caos ancestral.
Pudo recordar alguna idea no descartable
mientras descartaba la enésima idea del día.
Pudo recordar que había algo a qué aferrarse
en el momento en que el abismo
se abría ante los ojos.
Pudo recordarse recordando
entre las flores de un jardín virtuoso.
Al menos pudo poder
no caer en la impotencia,
zafó de ser el que amanecía muerto,
el que manoteaba soles sin luz.
Pudo recordar lo que menos quería recordar:
El principio antes del estallido,
el sitio aquél de los silencios extenuantes.
Pudo encadenar su sangre
a las reminiscencias turbias
y orarse.
Con los pies helados,
pudo recordar la época en que los ángeles
volaban a su alrededor
al lado de los santos que vestían la noche
de milagros
Y pudo recordar que antes recordaba
los vagidos del tiempo,
la fábula del Paraíso:
quimera de una memoria
reproduciéndose en olvidos,
la pareja inicial caminaba
inconmovible entre lobos y corderos.
Pudo recordar las estrellas
como glóbulos de un frasco cósmico.
Pudo recordar
que había sido Dios.
© Jorge Luis Estrella
ah, jorge, cómo quisiera eternizar este poema en mi memoria, con un final que aplaudo de pie. grande. susana zazzetti.,
ResponderEliminarAy, Jorge, no hay palabras para encarecer tan espléndido poema. Sólo te aviso que lo voy a guardar en la memoria. ¨Sabés que me gusta el barroco y tus juegos de palabras como
ResponderEliminar"pudo poder / no caer en la impotencia· "recordarse recordando"todo lo que conviene al que dijo "soy El que soy". Ese concepto del tiempo y del recuedrdo como "reproducción de olvidos". Ciencia, mito y religión conviven, como en nuestra vida Y antes de llegar a lo más grave, te recuerda a vos que sos uno y múltiple y que brillás. Te quiero y te admiro, Jorge Estrella.Un abrazo Isabel Llorca Bosco
Jorge, este poema es el certificado de tu transfiguración cósmica, es emocionante, sí un poema para recordar, también me pongo de pié
ResponderEliminarUn abrazo
Ignacio
WOW... aplausos.
ResponderEliminarbesos muchos.
Cynthia Rascovsky.
Querido Jorge
ResponderEliminartocayo sagitariano
este poema me recuerda que gran poetas sos!!!
desde graciela abrazo
Querido Jorge Luis,
ResponderEliminarNuestro verbo recordar lleva dentro la palabra corazón. Viene del bajo latín recordare, que se compone del prefijo re- (‘de nuevo’) y un elemento cordare formado sobre el nombre cor, cordis (‘corazón’).
Según Ortega, el yo pasado, lo que ayer sentimos y pensamos vivo, perdura en una existencia subterránea del espíritu. Basta con que nos desentendamos de la urgente actualidad para que ascienda a flor de alma todo ese pasado nuestro y se ponga de nuevo a resonar. Con una palabra de bellos contornos etimológicos decimos que lo recordamos —esto es, que lo volvemos a pasar por el estuario de nuestro corazón—. Dante diría "per il lago del cor"
Precioso gran poema, felicitaciones querido amigo.
Bellísimo poema maestro. Me encantó ese juego de palabras...
ResponderEliminarMi abrazo
Alicia Borgogno
Tremendo poema, tremendísimo. Cuántos sentimientos, cuántas cavilaciones, cuántas negaciones y afirmaciones en lucha despierta tu poema, cuántas respuestas y cuántas dudas. Y cuánta certeza...
ResponderEliminarTremendo ...
Celina
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarQueridìsimo Jorge: genial poema! Un abrazo
Querido Jorge Luis,
ResponderEliminarolvidé firmar mi comentario, ruego disculpas por ello. Es el que nombra el sentido etimológico del verbo Recordar, y al final lo nombro a Dante, que diría "Per il luogo del cor"
Un abrazo
Elisa Dejistani
¡Es un poema celestial! Me dejó fascinada. Son excelentes y muy significativos los juegos de palabras, las imágenes, el devenir del texto desde la memoria desmemoriada de la humanidad, hasta el recuerdo nostalgioso de la divinidad. Excelente. Un abrazo. ¡Feliz 2013! Adriana Maggio
ResponderEliminarQuerido Jorge, gran poema, simpre me sorprenden tus juegos de palabras, y acá, jugando con el recordar, y está muy bueno lo que dice Elisa, recordar: volver a pasar por el corazón...un corazón no el de carne que permite la vida biológica, sino la morada de la divinidad en nosotros, volver al Corazón desde donde puede hablar Dios... recuerde, recuerde, el alma dormida, avive el seso y despierte, recordás amigo?? Un gran abrazo, María Chapp
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ResponderEliminarBello y profundo, Jorge. Una verdadera maravilla. Qué placer leerte!
Abrazo,
Alicia Márquez