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5/12/12

Poema de Adriana Maggio


Pequeña historia                
          

Se sentó
en el balconcito
y vio pasar
su cadáver. 

Iba verde,
escoltado
por una algarabía
de timbales y panderetas.
Brillaban en sus ojos
las monedas para el viaje. 

Le dijo adiós
a la música
que se perdió por las callecitas. 

Sonrió
y descansó la cabeza
en la pared. 

Hay que enterrar a los muertos.


© Adriana Maggio

11 comentarios:

  1. Una apología a la muerte silenciosa con un respetuoso final, si hay que enterrar a los muertos

    maria elena tolosa

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  2. Adriana, tierno, bello y profundo, tu poema con diminutivos y cuadro y movimiento. Pareciera que la mujer del cortejo está contenta. Y la que mira está obsesionada por la muerte.
    Uñso inverso de la frase del Evangelio. Hau que enterrar a los muertos y vivir, porque ellos quieren seguir viviendo. Así lo entiendo en su mágico clima de un Macondo muy personal. Un beso
    Isabel Llorca Bosco

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  3. Me gustó mucho Adri
    Sí hay que soltar.

    desde graciela abrazo

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  4. Surrealismo puro en esa imagen increible de la muerte y su destino.
    Muy bueno
    Ignacio

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  5. Hola Adriana: qué fuerza qué magia en este poema. Por un lado esas"monedas para el viaje" nos remiten a tradiciones muy antiguas literalmente de la Edad Antigua de la historia. Por otro lado sentí en tu poema el devenir en una calle de pueblo de una procesión maya.Hay un fuego del realismo mágico latinoamericano en ese apoyar "la cabeza contra la pared", un clima a Comala y a Pedro Páramo, y a ese color del Día de los Muertos mejicano.Un grandísimo poema Irene Marks

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  6. Me gustó esa profundidad en la brevedad Tremendo Gracias Abrazos

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  7. Desprenderse de sí, dejarlo ir, y esas monedas en los ojos para permitir el viaje... excelente.
    Abrazos
    Elisabet

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  8. Interesante poema, estoy de acuerdo hay que permiter que se vayan. Un saludo Ana Romano

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  9. Permitir que se vayan, permitirnos irnos.
    Abrazo
    Alicia Perrig

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  10. Querida Adriana, tu poema me recordó uno de los "Sueños" película del genial Kurosawa, donde con alegría y música se despide a un muerto. Acá se despide a quien partió y también se despide a partes que ya no nos representan...hay una enorme tranquilidad y felicidad al recuperar la energía que se utilizó en sostener lo muerto...al decir yo ya no soy aquélla, es muy liberador, que tengas hermosas fiestas, un abrazo grandote, María Chapp

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