Rapto
mira (en la ciudad) lo que no hay:
lapachos de amarillo
cañaverales
si olvidara completamente
ya no tendría
certezas
del vacío
pero siempre
alguna señal por ejemplo
el ruido -ése- de la motocicleta
que produce una torsión
que se empecina como una creencia
y es (casi) imposible detenerse
ante la belleza del cromado
o arrimarse al azar
por si ardiera la resina
y presumieran diseños de miel
© Susana Szwarc
Precioso poema, Susana.
ResponderEliminarPrecioso poema, Susana.
ResponderEliminarMuy bueno Susana
ResponderEliminardesde graciela abrazo
Raro y bello. Me despertó la nostalgia de la nostalgia que tenía cuando vivía en la ciudá!
ResponderEliminarImagino una motocicleta al rayo del sol y la siesta, luego de terminar el poema aun retumba el sonido de ella...
ResponderEliminarun abrazo, gracias por compartir
patricia corrales