XVIII
(“MI CARRUAJE ES LA IMAGINACIÓN”)
Prosa tupida de Lezama,
la que se
expande es selva enmarañada,
laberinto
verbal
y
catedrales góticas.
Tejido abigarrado
en ese aliento,
palabras
que se pisan los talones,
enredadera,
paranoia,
crónica del
deliro.
Vivero de
la imaginación y caracol,
Escala,
que asciende
hasta el cuartito del desierto.
© Jorge
Boccanera
De nuevo se me despiertan la ganas de ir a una de esas selvas de veras, enormes, donde dicen que se ven las catedrales góticas... y ver qué pasa con el cuartito de mi desierto.
ResponderEliminarindispensable para el poema la imaginación.¡qued bien empleada!!
ResponderEliminarsaludos
anahí Duzevich Bezoz
" cuartito del desierto"ahí estará sábato, alejandra y vos,gozando esa selva que se puebla de imaginación. admiro enormemente tu talento poético. susana zazzetti.
ResponderEliminarAlucinado texto, alucinante, alucinador. Me encantó.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Parece mentira que la imaginación pueda crear tan bellas imágenes , lo has logrado con este poema
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Un poema que me recordó a Blake, querido Jorge. Parece que la humedad del verde estableciera un diálogo intimo, umbrío,cautivante.
ResponderEliminar"palabras se que pisan los talones"... Pura poética, como siempre que viene de vos.
Un abrazo inmenso
Susana Giraudo
Jorge:
ResponderEliminarQue hermoso su poema, una creación verbal con un lenguaje mágico que crea exhuberancias. Un buen arquitecto de poesia es usted.
Un abrazo afectuoso
Carmen Amato