Otra vez
el pasado me persigue
se estremecen
las barreras
de la intolerancia
y las lenguas repican
como campanadas ciegas
atropellando
a los que no están.
En medio
de la cornisa
me fusilan los dedos
gruñen los impulsos
más negros
de la bestia
de la ignorancia.
Otra vez las diferencias
escritas en la frente,
y yo me declaro culpable
de ser agua de otros mares,
un soplo
de los vientos del sur.
Por un puñado
de piedras sometidas
me muerde el barro
de la vergüenza ajena.
Otra vez esconderé
en una recóndita y oscura
fosa
la voz de mi sangre.
©
Jennie Escobar Montes
tu poema es un grito que no esconerá nunca tu voz y alguna vez,alguien escuchará.
ResponderEliminarBesossss
Quien escribe reclama que se escuche su voz y se escucha en verdad
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Imágenes originales y un cierre intenso y sugestivo a la vez. Bueno, Jennie.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Vergüenza ajena... hay que saberla tener y gritarla como vos!
ResponderEliminarHermoso y sincero
Celina
Gracias a todos por sus alentadoras palabras!! besos
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