El tren inquieto cruza el luminoso instante y
nos sorprende el día con su sonrisa congelada.
La nueva vía que ahora ven mis ojos pone un bosque en mi
pecho.
El pueblo rumoroso mira desde adentro al inmaduro invierno:
Niño que juega con las nubes y luego cierra el párpado.
Desde la cumbre
agua bajando. Mirada vertical la de la luna
que
me miró esta mañana
imperturbable
en el Vall de Nuria
© Carmen Amato
Foto: Horacio Farroni
Descripción plena de imágenes luminosas. Me gustó mucho.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Este es un poema evocador, y hermoso de esos que nos trasladan al sueño vivo de la vida bella.
ResponderEliminarGracias
Walter Mondragón
Qué hermosa descripción Carmen.
ResponderEliminarUn abrazo
Alicia Borgogno