Cuando se cieguen todas
las
ventanas de mi casa
y se
extingan sus umbrales.
Cuando se
extravíe en mis pasillos
la memoria
del poema.
Cuando
emigren todos mis pájaros
y mis
flores sean recuerdo
en las
semillas.
Cuando ya
no lleguen cartas.
Cuando
abandonen mi mano
todas las
palabras,
y se quede
muda
y se quede
sorda
y se quede
inútilmente
vertebrada.
¿Por fin
me
nombrará el silencio?
¿Podré ser
viento y sol,
y tierra,
y agua?
© Adriana
Maggio
Hermoso poema. Un abrazo. Gastón
ResponderEliminarSerás todas las palabras a la espera de ser nombradas Un abrazo!
ResponderEliminardecís, entre otras cosas: " semilla" . siempre volverás. sino ¿ qué sería de la poesía? susana zazzetti.
ResponderEliminarSerás todo eso, y más
ResponderEliminar!gran poema!
Besossss
Sí Adri
ResponderEliminarY volverás siempre
para deleitarnos
desde graciela abrazo
Poema que pinta con agudeza esa hora tal vez desertica en que todo se esfume y las palabras no estén al alcance de tu mano (bellísima frase de esa labor del escritor con cuerpo y alma). Luego la pregunta si las palabras te nombrarán. Se puede ser viento y estar envuelto en las palabras que transitan .Es un trabajo
ResponderEliminarque de una u otra manera, vuelve.
Gracias y un beso grande y mi certeza de que sos una excelente poeta. Isabel Llorca Bosco
Adriana: un anhelo de inmensidad, de sentir el todo, de fundirse en lo sagrado de la Madre Tierra, de las Galaxias, del Viento Blanco que nos reúne, como dirían los mayas.En tu poema hablás con enumeraciones claras, y con ese "cuando" anafórico que indica el paso del tiempo, del desapego, de todo lo que te vas desprendiendo, para en esa pregunta retórica, llegar al No-tiempo, la voz del eterno presente, donde SER ya es suficiente. Un maravilloso poema de captación de lo sagrado que hay en el universo y lo que nos corresponde por formar parte de él.Con cariño Irene Marks
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