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21/10/12

Texto de María Amelia Diaz


  

La muerte de las flores 

Unas  flores inválidas y azules se desvisten en el florero
con suaves movimientos de arabesque abandonan sus cabezas
bajo la cadenza de alguna brisa que entra sutil por la ventana
Entonces ellas, las ahora marchitas, abandonan sus pétalos uno a                                                                                        uno.
Como en La muerte del cisne,
las flores entraron en escena sólo para ofrecernos la magia de su muerte.
Ellas, las que conocieron la libertad del viento y la fresca aventura de   
la lluvia,
las que durmieron palpitando bajo un techo de estrellas,
pequeñas pávlovas de florero
 (“todo su cuello sacudirá esta blanca agonía” dirá Mallarmé  en el poema)
Ellas inician su último gesto de abandono,
se inclinan

y dejan sus pétalos sobre la mesa.

© María Amelia Diaz


5 comentarios:

  1. Hola María Amelia: la delicadeza de esos pétalos que caen sobre la mesa, su suave movimiento, nos hablan de esas "flores inválidas y azules" que sensibilizan la vida para quien sabe mirar, como en tu caso,Masría Amelia, dándole su dimensión real a lo pequeño e infinitamente importante que en esta sociedad se deja de lado. Excelente Irene Marks

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  2. MILAGROS RODRÍGUEZ21 de octubre de 2012, 22:09

    Toda flor ha de morir pues es su ciclo, sinembargo cuando muere en un florero nosotros somos los responsables Hermoso poema delicado como esa blanca agonía que lo sustenta

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  3. vida-flor-muerte oolor-forma
    un todo que se encarama sobre la mirada, tránsito que el poema logra

    Michou Pourtalé

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  4. Me gustó muchísimo la cadencia de este hermoso poema.

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  5. Me gustó. Contemplativo y bello.
    Abrazo
    Alicia Perrig

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