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22/10/12

Poema de Walter Iannelli


Memoria de la Carne

Pongo carbón
papel
y enciendo el fuego.
Después del primer vino
flota en el aire
-a la luz del hierro caliente-
el olor a grasita chamuscada de viejos asados.
Fantasmas que en su gotear
son
el perentorio ahora de mi nariz

domingos o lunes o jueves
que se funden en el aire
en el acto único de mirar las chispas
teofanía del presente.

No hay nada que decir del tiempo.
Parece que se mueve
pero se queda ahí
por ejemplo
agarrado a los fierritos de una parrilla.

© Walter Iannelli

7 comentarios:

  1. Me encantó tu texto, Walter. Me pasa lo mismo en los asados: es ese momento, pero también se trata de muchos otros momentos que quedaron prendidos en el alma y en los fierritos de la parrilla. Desde un singular asadito, pasaste -por obra de tu talento- al universal del tiempo. Buenísimo. Un abrazo. Adriana Maggio

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  2. Me alcanza de lleno, Walter, tu poema en mi propia memoria de la carne asada. De lleno me alcanza. De satisfecho.


    Rolando

    *

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  3. Walter, son parte del olfato cotidiano esos aromas que quedan para siempre en nosotros, en este caso el de otro asados pero cuánto cuanto suele pasar por nuestra nariz en imágenes. Un abrazo

    Lily chavez

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  4. Hay que ser muy poeta. Felicitaciones
    Abrazo
    Alicia Perrig

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  5. Se percibe el olor, la familia, los amigos... y esos recuerdos que hacen nido. Sumamente grato, un abrazo.
    Betty

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  6. Algo cotidiano pero tan importante los asados de los domingos o cualquier dia pero siempre con algarabía ¡ como los estraño ¡

    maria elena tolosa

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  7. Cuando se sabe, todo puede entrar en lo poético. También recuerdo yo, al leerte. Asado implica amigos,años, vida.Excede lo imaginado.
    Saludos
    Isabel Llorca Bosco

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