es la caminante del estero de fuego
ella agiliza el texto
abstrae para sí la nervadura
un ovillo de savia la fecunda
nada calma su sed
nada le aterra más que aquel vacío
del que no sabe nada
la milenaria gime
no recuerda sus vidas
ignorante del paso
y gime
gime
© Michou
Pourtalé
Muy bueno Michou!
ResponderEliminarHola Michou: tu texto tiene una gran riqueza, misterio y además la desesperación de la búsqueda, una cierta fatalidad, e imágenes maravillosas.Este poema tiene una ritmo muy logrado que parece llevarnos al paso de "la caminante del estero de fuego".Esa caminante puede ser la poesía, o la muerte , o también el yo lírico que surge en el papel desnudando sus antiquísimo origen."Nada calma su sed", ñla sed de la que busca, tanto vidas, como palabras, como expresar su dolor y su miedo.Un grandísimo poema Irene Marks
ResponderEliminarEsta caninante del estero de fuego mas allá de la majestuosidad del misterio que la envuelve, y que de pronto sufre humanamente produce una gran ternura que invita al lector a tratar de aliviar su sed y su angustia.
ResponderEliminarGran poema para recordar
Ignacio
La imagen del camino, "del que no se sabe nada", la interpreto como el camino sin fin donde lo que más aterra es el vacío. Pienso que la escritura es el ovillo de savia que fecunda, aunque nada nos calme la sed de seguir, aunque gimamos en la vida.
ResponderEliminarUn poema para pensar Michou.
Estela Barrenechea