esa mosquita
que hacía círculos
ochos acostados
y que de pronto se le daba
por rebotar de cuerda a cuerda
de un ring invisible
se habrá preguntado
qué es el amor
cuando yo tenía tus manos
sobre la mesa del café
y las besaba agarrándome de vos
como si fueras la última ramita
del último árbol
allá bien arriba
en la montaña del fin del mundo
Una bella descripción y una mejor interpretción del amor comparado con cosas triviales
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Me gustó mucho tu poema Máximo Concuerdo con la apreciación de María Elena
ResponderEliminarAy Ballester, Ballester ¡qué bueno tu poema!
ResponderEliminarMichou Pourtalé
ResponderEliminarA pesar de conocerlo, cuando lo leí, me emocioné.
Bellísimo poema.
Un abrazo,
Alicia Márquez
y seguramente la mosquita encontró respuesta en tus manos.¡ cuánto hablaban esas manos! susana zazzetti.
ResponderEliminaresos diminutivos desde la mosquita hasta la ramita, los ochos sobre las manos, una pinturita siempre su poesìa, Máximo!
ResponderEliminarBello poema, te felicito. Gastón Sequeira
ResponderEliminar¡Qué hermosura de poema, amigazo! El amor en su máxima dimensión encuadrado en una mosquita. Delicia total. Besos a granel.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Bellísimo!!! Lo compartiré con el grupo de mi Taller de Escritura Creativa.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Tierno y erótico, me resulta grato imaginar el café, las manos y la mosquita, qué buenos enlaces.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
que poema!!! esa mosquita espectadora de ese amor que besaba y se aferraba a esas manos.
ResponderEliminarSaludos
Claudia Cornacchioli
Este poema tiene una "sencillez" cargada de insospechadas tempestades y puertos. Me gusta.
ResponderEliminarClaudio Simiz
el amor imperceptible...me encanto este poema!!!! grande MAximo
ResponderEliminarFabipossse