Sopa de hortalizas
Cuando cuento historias truculentas las ancianas se horrorizan. Se cubren los oídos con sus manos y corren a través de los pasillos. Del otro lado de la casa, mi madre las aguarda con paciencia. A medida que sus cuerpos se desplazan, prepara sigilosa su sopa de hortalizas… Un aroma persistente se expande por los cuartos aplacando las voces y los gritos.
© Horacio Laitano
Esa es la magia de la sopa materna Horacio!
ResponderEliminarmamá y sopa
ResponderEliminarla ternura de la infancia.
desde graciela abrazo
Hola Horacio:¡Estos personajes se las traen, y ese ser que los asusta tambièn!La picardìa aflora en esta prosa, que disfrutè mucho, junto con el bálsamo necesario de la sopa de hortalizas.Ademàs ese "sigilosa" es muy còmico. Con mucho cariño Irene Marks
ResponderEliminarMe encantó el texto, que al principio parece un tributo a la nostalgia y a la inocencia, pero que "prepara sigiloso" una trampa al lector. Muy bueno. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarVolver a lo "seguro". La sopa de hortalizas, metáfora de la inocencia de todos
ResponderEliminarMuy interesante
Abrazo
Alicia Perrig
Querido Horacio,
ResponderEliminarun relato en el cual se alían la creatividad, el humor y el poder de síntesis, dejando tu impronta en el lector. Te felicito.
Cariños
Elisa Dejistani
Estimados amigos: muchas gracias por los comentarios. Como todos sabemos, esta difusión es posible gracias al trabajo permanente de Gustavo Tisocco. Hasta pronto. Horacio Laitano
ResponderEliminarme sonrío, porque sigo preparando esa sopa y día a día es mi alimento necesario.
ResponderEliminarBesos
Estupendo, Horacio. Me caso con esta sopa de hortalizas. Abrazón.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella