La taza contenía el líquido
oscuro y espeso
que prometía un mundo.
Apenas café turco, molido fino
con una cucharada de azúcar negro
y semillas de cardamomo en el hervor.
Apenas un aroma que se esparce,
los labios que se bañan en lo oscuro
y nadie que sepa leer la borra.
La borra, lo que se borra, nadie.
© Sonia Rabinovich
ResponderEliminarUn placer leer a Sonia y este poema que pertenece también a un libro bellísimo, uno de sus mejores trabajos pero seguramente, pronto nos sorprenderá con otra cosa...Sonia y su poesía y ella diciéndola, otro placer.
Veremos de escucharla hoy en la Feria del libro.
Lily Chavez
Te gusta agregar motivos nuevos para el territorio de la poesía y esto es lo que hace la diferencia.
ResponderEliminarBien!
Leer el cuncho del café es parte del rito que convoca la fantasía.
Walter M.
"los labios que se bañan en lo oscuro": he allí un verso que demorará en borrárseme.
ResponderEliminarRRevagliatti
*
Coincido con Rolando, bello poema, Sonia! Fabiana León
ResponderEliminarUn mito , el misterio , la fantasía de leer en la borra del cafe y un hermoso poema , gracias por compartir
ResponderEliminarmaria elena tolosa
..."los labios que se bañan en lo oscuro" ...y tu poema con rico aroma a café y poesía!
ResponderEliminarMe gustó mucho Sonia,...y ese final...
Un abrazo
Montse Bertrán