18/9/12

Poema de Marizel Estonllo


Trastienda

Resuena todavía la armónica
en el patio de la infancia.

Conjugaba con la densidad del verano.
El calor cantaba en los cuerpos una balada
o un blues
y se hacía una soledad cálida
y envolvente.

Un recuerdo como un tablero de ajedrez.
Y un reloj que marcaba
el tiempo de una partida
resuelta en tablas.

En la trastienda,
las mesadas de mármol descansaban hasta la tarde.

Linimentos,
óleos y pomadas
soñaban en untuosos envases
la caricia que daría los beneficios del remedio
el alivio o la curación.

Aquella armónica,
su estuche verde
la artera nota musical.

El adiós.

Y la nostalgia
esa algia de nosotros.

El vino de la evocación
un delicado brebaje
para angostar la angustia hasta desaparecerla.
© Marizel Estonllo

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2 comentarios:

Blogger Adriana ha dicho...

Me encantó tu poema, Marizel, lleno de nostalgia y de hallazgos poéticos que llenan de placer estético; los cinco últimos versos son una maravilla de delicadeza. Muchas gracias. Un beso. Adriana Maggio

18 de septiembre de 2012, 13:21  
Blogger Isabel ha dicho...

MARIZEL, ME QUEDO CON ESTE VERSO FINAL "PARA ANGOSTAR LA ANGUSTIA HASTA DESAPARECERLA". la belleza del verano, el tono rosado que le han puesto a tu escritura sabiamente es el tono armonioso de esa armónica
de una evocación eficaz y poética.
Un abrazo
isabel Llorca Bosco

18 de septiembre de 2012, 15:18  

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