EL LADRILLO
Este
ladrillo se desmoronó con otros en avalancha.
Ahora,
soporta la espera.
Tendrá
memoria de la fosa húmeda en que durmió de sombra, y de la pala;
tendrá
memoria de otro sol; de la mezcla de agua,
del
molde y de la mano que le dieron forma y de la leña que abrasó su geometría.
Así,
apilado en el desorden,
tendrá
conciencia de un futuro en alto;
sabrá
que, en comunión con otros, soldado, trabado, preso, formará los refugios o el
encierro;
ocultará
tristezas, sudores, desalientos, y dejará pasar por el tejido permeable
sonidos de canto o de tortura.
Este
ladrillo sabe que creció del barro,
imperfecto
y filoso,
elemental
y sólido;
sabe
que puede ser tan frágil como el vidrio y tan tenaz como la misma tierra;
sabe
que es, apenas, una porción de suelo en la multitud donde descansa y que ha debido padecer el
humo, el golpe y la salpicadura.
Así,
quieto en su montaña, este ladrillo es una pieza del rompecabezas de la
historia,
una
muestra de la quemadura inevitable;
tiene
color y destino, y un rumbo inexpugnable y fijo.
Si
por su origen se parece al hombre puede ser el fin del hombre cuando se arma en
bóveda;
pero
más bien es la prolongación del hombre,
la
fe y la rutina de sus manos,
la
obsesión de ser muralla,
la
casualidad de amenazar derrumbes.
© Laura Massolo
De largo aliento, Laura, el poema, y logrado, tras "padecer el humo, el golpe y la salpicadura".
ResponderEliminar____________________________
Poema descriptivo, observación cautelosa reflejada en la vida.
ResponderEliminarTu mente no descansa y crea maravillosamente siempre.
Mientras hablabas, Laura, del ladrillo yo tenía la impresión que hablabas del hombre. En la última estrofa vos dejás en claro tu idea al respecto. Gran poema, como siempre.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarGran poema, Laura. Te admiro. Un abrazo
Cuando el objetivismo es llevado a la perfección...
ResponderEliminarEse ladrillo que hizo y dijo tanto...
Te dediqué un poema en mi entrega del mes.
Mi abrazo, siempre, amiga,
Gra Bucci