Poema de Alicia Cora Fernández

TEJEDORES

La ventana entreabierta a la noche
muestra una filigrana blanca bordada en un rincón.
Hilos y más hilos de baba pegajosa
unidos con un solo propósito atrapar para comer.
En la periferia está la tejedora,
cansada pero feliz, ya falta muy poco.
Todo acabará pronto y sabe que mañana habrá comida.

Otra ventana también está abierta a la noche
espiando se ve una mesa vacía,
y sentados a su alrededor muchos tejedores.
cansados y tristes, ellos conocen el final de su historia.
Urdieron cientos de hilos haciendo ropas ajenas
y pasaron horas sin sueño, sin descanso y sin una paga digna.
Ya callaron los telares sus voces de aceite y sudor.

Amanece, en la filigrana blanca se dibuja el negro de una mosca,
caída en su pirueta final y devenida en alimento de la tejedora.

En la mesa vacía del taller,
hay un enjambre de moscas sobre un mendrugo de pan duro, sin dueño,
no hay tejedores sentados, porque ya despertaron los telares
y ellos siguen sin dormir, tejiendo, siempre tejiendo,
con hambre y bañados en aceite y sudor.

© ALICIA CORA FERNÁNDEZ