Pero cuando me nublo por dentro / suelo
buscar el refugio de aquella mañana
sabiendo que amé / y hubo un tiempo
/ sin dobleces.
Miguel Oyarzábal
Ahora que vuelvo a cantar
esas palabras olvidadas
en las cajas rotuladas del placard,
ahora cesan las guerras.
Este otoño te trae sin abrigo,
ya no soy olvido
y dejó de soplar el viento
sobre mis huellas.
Se me enjazminan las manos,
me visto de viernes,
y hago el amor,
lo amaso, lo comprimo, lo macero.
Reparable amor, éste.
Y me despierto temprano
para tener la certeza
de que esta vez no se
asesinarán las mañanas,
esta vez nadie podrá
asesinarnos
tan temprano.
esas palabras olvidadas
en las cajas rotuladas del placard,
ahora cesan las guerras.
Este otoño te trae sin abrigo,
ya no soy olvido
y dejó de soplar el viento
sobre mis huellas.
Se me enjazminan las manos,
me visto de viernes,
y hago el amor,
lo amaso, lo comprimo, lo macero.
Reparable amor, éste.
Y me despierto temprano
para tener la certeza
de que esta vez no se
asesinarán las mañanas,
esta vez nadie podrá
asesinarnos
tan temprano.
·
palabra de Nueva Guinea, que nombra a los
matrimonios que nunca llegaron a ser, pero debieron haber sido.
© María Laura
Coppié
ResponderEliminarBello de toda belleza, Malala. "esta vez nadie podrá asesinarnos tan temprano". Maravilla.
Un beso enorme.
Alicia Márquez
Me uno a la expresión de deseos que encierra tu poema, Malala, y te digo que por su frescura es un precioso "refugio".
ResponderEliminar