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1/8/12

Prosa de Sonia Quevedo


RECORDARE

Al pasar las horas claras entró el tono indefinido de la noche; continuó negra la carga de sueños y copioso el sudor, fue compañero.
Palideció al posarse la mirada sobre el rostro lejano, y ausente, esbozó sutil sonrisa al sentir, el roce de los brazos rodeando entre zafiros la figura.
Volvió la soledad a su covacha, el silencio acompañó nuevamente a los suspiros, y la mirada, traspasó sin ver… a la primera brisa tiernamente abrazada a la alborada.

© Sonia Quevedo

4 comentarios:

  1. Romántico , tierno , sutil un poema bellísimo

    maria elena tolosa

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  2. ¡Un bello cuadro pintado con palabras!
    Felicitaciones, Sonia y un beso grande
    María Rosa León

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  3. ¡Que hermosura! Un final arrobador... sobran mis comentarios... sólo leer y disfrutar.

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  4. Las palabras se caen de la pintura.Bella prosa Sonia. Un beso

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