Grecia
ominoso presagio
aullido de viento
risa y mirada gitana
leyendo la buenaventura.
titilar de una vela sobre terciopelo bordó
las cartas nadan sobre un río de sangre
y los ojos verdes inquieren / inquieren /
hasta llegar al centro de la herida /
ese punto que atenazando hiere.
da vuelta otra carta
ausencia
manos de pájaro lejano
caricias que no.
pero nacen / crecen /
se quedan.
la mirada aviesa
la voz ancestral anuncia
aquí está la victoria
sin sombras
cruzarás el mar
tus pasos dejaran su huella
en tierra reseca y antigua.
© Silvia Loustau
Un escenario, donde las cartas se permiten hermanarse con el destino "las cartas nadan sobre un río de sangre " me gustó mucho esta metáfora y todo el poema An abrazo Silvia
ResponderEliminarEs un poema denso, casi agobiante, fértil, jugado en su escritura. Me gusta.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Siempre viajando con la tristeza a acuestas, hasta que la piel se haga arena y y memoria un rio.
ResponderEliminarAbrazos,Silvia,Marta