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17/8/12

Poema de Norma Segades



Tamar

“Entonces ella se quitó de encima sus ropas de viuda y se cubrió con el velo, y bien disfrazada se sentó en Petaj Enáyim, que está a la vera del camino de Timná… Judá la vio y la tomó por una ramera, porque se había tapado el rostro,” (Génesis 38:14-15)

¿De qué linaje nacerá el Mesías,
el ungido de dios,
el elegido,
si mi esposo se ha muerto sin legarme el codiciado bien de su semilla
y yo cargo el costal de la deshonra?
¿De qué linaje nacerá la vida,
si las leyes tribales establecen que no puedo yacer con hombre alguno
hasta que mis entrañas reproduzcan el eco de su sangre obligatoria?
Si su hermano gozaba entre mis muslos,
mordía mis pezones erizados
y luego
eyaculaba sobre el polvo,
degradando los ritos encubiertos que bendicen la esencia de la cópula.
Si mi suegro quebranta su promesa,
elude el compromiso,
la palabra,
y yo sigo vistiendo como viuda y habitando en la casa de mi padre
siempre lejana,
siempre silenciosa.
Mujer hebrea
sin hombre o descendencia
condenada a rotundas privaciones cuando el invierno caiga al calendario,
a las pieles marchitas,
al olvido,
sin que ninguno asuma la custodia.
Por eso visto el velo de las putas
y acecho a Yehudah desde el camino en el momento exacto del augurio
cuando la alineación de los misterios
fertiliza mis lunas borrascosas
sedientas del esperma acantilado que socave las sombras de mi sexo
y procree los hijos que me adeuda
su injusticia,
su agravio,
su capricho,
su yugo de creencias opresoras.
Soy Tamar,
de la tribu de Israel,
aunque deba exponerme a las hogueras,
a la lapidación,
a los suplicios,
de mi linaje nacerá ese nombre
que alterará el transcurso de la historia.

© Norma Segades

10 comentarios:

  1. Este poema es pan caliente para servir durante la noche de Pascua y durante el resto de nuestros días. Encendido como un cirio que nos descubre la sombra de nuestro origen en el vientre primigenio del pecado y de Eros. Es un poema que enamora por su deliciosa musicalidad, por su proverbial acento literario y su sabiduría evangélica. Lo podría leer mil veces en voz alta y de rodillas sin cansarme. Me rindo ante el Dios (la diosa de la palabra) que lo ha construido tan magistralmente, para que nadie lo ignore...

    ALVARO BALTAZAR CHANONA YZA.

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  2. Dejé un mensaje anterior a éste pero creo hice un mal envío.
    De nueva cuenta celebro el contenido temático y la fuerza creativa y profesional del autor.
    Un grato hallazgo.
    Saludos fraternos.
    Marina Centeno.

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  3. Maravilloso y valiente poema que habla de las desigualdades eternas.

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  4. La sabiduría del evangelio, trasmitidos en un exelente poema, me gustó mucho

    maria elena tolosa

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  5. Excelente poema, para disfrutarlo en el corazón. Un abrazo Ana Romano

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  6. MILAGROS RODRÍGUEZ19 de agosto de 2012, 22:06

    Realmente maravilloso!

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  7. Este poema es lo que yo llamo una pequeña gran joyita, felicitaciones. Besos de Alicora.

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  8. Maravilloso poema que toca el corazón
    Cariños Norma
    Alicia Borgogno

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  9. Norma, me quedo fascinada y compalcida de tu exquisito poema, maravilloso.

    Un gran abrazo

    Carmen Amato

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