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27/7/12

Poema de Liliana Lapadula


CEREMONIA

Con paso desprevenido
y mirada compasiva
ellas revolotean por la plaza
en busca de unas migajas
que les tira un niño.

Tal vez
darle de comer a las palomas
pueda ser
una ceremonia de reconciliación
con la vida.

© Liliana Lapadula
Foto enviada por la autora

6 comentarios:

  1. Una ceremonia. La naturaleza en su pleno desarrollo. Muy Logrado.¡Genial poema Liliana!
    Cristian Gentile

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  2. Si Liliana, puede ser una reconciliación con la vida. En esta escena tan cotidiana para nosotros como en otras que parecen insignificante.
    Un abrazo


    Lily Chavez

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  3. Una ceremonia donde habita la ternura.
    El registrar al otro.
    Las palomas son seres vivos.
    Y ademas, vuelan!!! Como tu palabra!!
    Un cariño

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  4. Para muchos, es difícil lograr esta reconciliación. Por eso es necesaria una ceremonia, pero no aparatosa sino simple y sincera. Yo creo que este gesto no sólo de niños sino de ancianos merecería el "porque estuve hambrienmto y me diste de comer" Y, como sabemos esto comienza en este mundo de perros abandonados en las plazas. Breve y sustancial poema como los pasitos de las aves.Profundo final
    Un abrazo
    Isabel

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  5. palomas, vida, e imágenes,mucha ternura
    saludos
    Anahí Duzeich Bezoz

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  6. Queridos amigos: gracias por sus comentarios, por esa sensibilidad tan perceptible puesta de manifiesto.
    Isabel: justamente, mis recorridos por la plaza (la misma de mi infancia), me ha conectado muy profundamente con estas cosas que parecen tan simples, como darle de comer a las palomas o a los perros de la calle. Tal vez, sea una reconciliación conmigo misma y, como vos decís, las palabras de la Escritura que tan acertadamente citás, esté calando hondo en mi espíritu sediento. Un fuerte abrazo. Liliana Lapadula

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