
Su belleza es perversa,
tiene el mismo olor a muerte
que el de los geriátricos
pis, a viejo, a sopa;
lleva la mezcla prendida a sus peluches
de los dientes por el pasillo.
Pero es agradable verla venir
da las caricias que recibió papá.
© Enrique Sandri
impactante!
ResponderEliminarUn placer leerte