9/7/12

Poema de Amalia Mercedes Abaria


EL ASESINO DE PUENTE PACIFICO

Quién hablaba del asesino?
De éste o de aquel otro?
El no lo sabe, por eso
camina despacio, lento
como un lagarto seco
y el Puente oscurece aun más
su pelaje de cemento.

Por eso su mirada va hacia abajo
traspasando tierra, pavimento, agua.

Hacia dónde irá
el acecho de sus ojos?

Oh, el asesino camina entre nosotros

No sabe, no recuerda que alguien ha muerto.

Quién dijo eso?

Nadie lo sabe. Nadie recuerda.
Solamente una mancha vuela
............................. en su cabeza.
Una mancha roja y negra
y el caballo también es negro.

El asesino ama a ese caballo,
quiere ese caballo, inaccesible,
.................................... la luz.

Pero no hay caballo, no hay luz.

Sólo es locura, negra visión de animal
....................................... enterrado.

Y camina entre nosotros.

Está arribando el tren, pero
oh! palomas, palomas, dejen los pies
..................................... del asesino.

Sería una salvación salir, desaparecer,
buscar, definitivamente, el caballo negro.
Entonces, busca la escalera
................ con su pesada mancha roja
con pasos de embalsamado
con su mancha roja y negra.
Qué longitud de abismo!
Qué lejanía de palomas!

Y es tan tarde, llega tan tarde
y pronto el ocaso.

En sus manos hay un temblor rojo
................................... y negro.

El tren ya ha partido.

Detrás va un caballo negro.



© Amalia Mercedes Abaria

7 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Guauuuuuuu
que poema
fuerte hondo
para leer y releer
gracias
desde graciela abrazo

10 de julio de 2012, 18:40  
Anonymous Anónimo ha dicho...

magnífico^ amalia
enhorabuena^^^
buehamente^^^
m.e.

10 de julio de 2012, 19:24  
Blogger Isabel ha dicho...

Extraño, original poema, que produce el temblor de lo bellamente siniestro.Nadie lo reconoce pero camina con nosotros.
Un abrazo
Isabel Llorca Bosco

15 de julio de 2012, 12:33  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Amaria: Este poema nos conmueve, es como los sueños de terror. También hay en este transdfondo onírico algo de histórico, de las viejas épocas de los compadritos. También está el miedo de los túneles y enseñeorándose de todo el sonido del tren, el tren que simboliza también la muerte con sus caballos simbólicos, es decir, el destino, lo irremediable, lo que hallaremos a la vuelta de la esquina, natural o sobrenatural. Excelente Irene Marks

16 de julio de 2012, 12:01  
Anonymous Anónimo ha dicho...

David A. Sorbille dijo...
Muy buen poema, Amalia!. Un abrazo

23 de julio de 2012, 23:27  
Anonymous Anónimo ha dicho...

David A. Sorbille dijo...
Muy buen poema, Amalia!. Un abrazo

23 de julio de 2012, 23:28  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Qué poemazo, Amalia!, me conmovió con su enigma y su fuerza! Una maravilla, gracias.

Jorge Luis Estrella

28 de julio de 2012, 13:31  

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