LA MUERTE
Un tango gris escribo para vos
tango de adiós, tango final, de ausencia
tango de luto, tristísimo y profundo
que se muere de sur, llorándote.
Duende tenor del Tabarís del cielo
de tu garganta de oro y arenal
salió esta tarde el viento de la vida
y te envolvió en su manto de percal.
Los ángeles, porteños y orilleros
tanguean un réquiem para oírte cantar.
© Olga Liliana Reinoso
y debe haber un tabaris en el cielo, con tantos exquisitos autores e intérpretes, ¿ n0? y allí debería estar tu tango, por íntegro. susana zazzetti.
ResponderEliminarDe que iba a tratar tu poema si no es de tango. Las palabras se cruzan como en él 1,2,3 y los ojos se deslizan suavemente con ese ritmo que se mete en la sangre.
ResponderEliminarUn placer tambièn para mì leerte en esta casa inmensa de Gus. Saludos, bellos recuerdos y muuuchos abrazos de ambos dos:
Andrea y su agregado cultural jejeje...léase Ricardo.