el durmiente
el que yace en secreto y sueña
por detrás de la carne/ durmiendo
en el lecho de un río de aguas frescas/
mecido por peces melancólicos/ y
la música del agua que corre por sus venas/
con los ojos muy abiertos al verde
de las hojas/ temblando al paso de los barcos/
lejanos en un mundo de luz/ donde el viento
canta con voces desoladas/ sus mástiles
altos sobre el último silencio/
como flores cayendo suavemente/ derramadas
de los árboles que pueblan las orillas/ y
echan raíces profundas/ para abrazar
el cuerpo del durmiente/ oculto en un bosque
de helechos/ y así beber de su sangre/
alimentándose en los quietos días del verano/
cuando él sueña su sueño más hermoso/
más allá del sol/ a salvo de su furia
© Guillermo Román
Bienvenido Guillermo a este situo que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado. Pido sí, se comente a otros poetas. Un abrazo Gus.
ResponderEliminarUn poema con cierta melancolia,como dijo Octavio Paz, el poema debe tener ritmo, ser rico en imagenes, metaforas...sus imagenes me transportaron a un paraje fresco y silencioso, me gusto.
ResponderEliminarPatricia Corrales
Guillermo:en una suceción de hermosas imágenes,seleccioné:
ResponderEliminar"Y la " música del agua" que corre por sus venas"
Bienvenida Poesía!
Tere Vaccaro.
Bienvenido Guillermo a la casa de Gus, un deleite éste tu poema inaugural, disfruté sus acuosas metáforas, un abrazo, María Chapp
ResponderEliminarel durmiente, con los ojos muy abiertos tiembla "al paso de los barcos/lejanos en un mundo de luz/donde el viento canta con voces desoladas..."
ResponderEliminarCanta ese viento posiblemente el canto del último silencio, ¿el canto del ahogado? ¿el canto del que sueña? misterio, belleza, melancolía.
Bienvenido y saludos,
Marta Ortiz