
No me pidas...
No me pidas, viajero, que te ame,
pues mi ternura, ves, está agotada.
Que de lo que tu corazón reclame,
has de saber, no puedo darte nada.
La copa del deseo y la pasión
vacía está en mis manos. Y la paz
que reina dentro de mi corazón
ya nada la podrá turbar jamás.
No me pidas, viajero, que te ame.
El amor que tenía ya lo he dado.
A cambio de él yo nada recibí.
Y aquél a quien lo di, ya lo ha olvidado.
© Celina Vautier
Reiterás el tema, querida Celina, pero siempre le encontrás una forma bella de expresarlo, ya sea tradicional, como en este caso, o no.
ResponderEliminarBesos.
Jorge Luis Estrella
Gracias mil Jorge Luis. No sabes cómo aprecio tus comentarios.
ResponderEliminarMuy bueno lo tuyo, pero siempre con es picardía que esconde tu seriedad.
Celina
Me resultó cadencioso y simpático.
ResponderEliminarAbrazos
Betty Badaui
Adhiero alos comentarios Celina
ResponderEliminary te mando un gran abrazo
desde graciela
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarMuy buen poema, Celina. Un abrazo