
MIENTRAS LLEGA EL ADIÓS
Una fugacidad, un relámpago intenso,
el largo adiós que no concluye y sigue.
La vida que se juega en una apuesta:
todo el amor, que es siempre despedida.
Pero esa chispa que nos duele y arde
quema en su inabarcable permanencia
porque su intensidad lo salva todo.
Y es así la pasión: tenso intermedio
entre dos muertes que no llegan nunca,
entre dos manos que se van perdiendo,
entre dos cuerpos que se saben solos.
© Rafael Vásquez
creo que este poema demuestra que ningún adios es para siempre. un saludo. Gastón
ResponderEliminarBello poema Rafael que me habla de la soledad que está llena de adioses
ResponderEliminardesde graciela abrazo
Un poema de gran expresividad, en un molde clásico, de paralelismos marcados,donde las palabras son como vigías exactas que demarcan territorios, el de la pasión y el de la lucidez que no puede dejar de reconocer la fugacidad de su paso.Esa oposición entre"todo el amor que es siempre despedida" y "su intensidad lo salva todo" llevan en sí el secreto antitético de Eros y Thanatos, con la glorificación de lo fugaz en oposición a una etenidad de soledad.Logradísimo Irene Marks
ResponderEliminarQUEWRIDO rAFAEL ,YA LO SAB´S ,ME GUSTA ESTE POEMA ...,MI ABRAZO ,
ResponderEliminarMARIZEL
Rafael, me gusto mucho tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo afectuoso
Carmen Amato
definitivamente el ritmo de un poema hace la diferencia, gracias por tan buena pieza sinfónica,
ResponderEliminarte canto y celebro
Walter Mondragón