Poema de María González
Para no morir mañana
Para no morir mañana
rescato las palabras del poeta,
que puede llevar la luz del mundo sobre sus ojos
y cuando los pétalos caigan,
después de haber sostenido
el aroma prendido de una rosa,
todavía existente,
colmada de fragancia que guarda en su adentro
mi esencia efímera,
la dejare en tu piel ajada de tiempo,
sellada por los pasos que han vivido
el secreto de tu alma y la mía
cuando la luz del día se apaga.
Y quedará mi mueca dibujada
que llamaras sonrisa.
Para no morir mañana
como dos aves sedientas,
cuando mis pupilas esfumen los colores
y se vayan disipando
lentos...
dejaré que mute mi figura
en dónde tu alma posó la mía,
y te sabrás amado.
Porque puedo imitarte incipiente,
golpeando con un beso tu mejilla
y pueden mis pétalos deshojar
para dormir entre las hojas
de tu poema preferido,
alejándonos en vuelo.
Para no morir mañana
escribo palabras
que te sepan amado.
Porque quise ser poeta
desgranando la vida a contrapaso,
cruce la orilla contra toda estructura
porque tu mano me esperaba.
Y bebimos del estanque el agua sutil
de la ternura
y el plumaje desnudo dejo caer, sin que supiera,
un gemido despierto.
Y cuando mi tumba vacía
ya no contenga nada
partiré descalza y como suave pluma
habitará mi alma tu aletear de primavera...
para no morir mañana.
© María González
2 comentarios:
Ese vuelo, ese" plumaje desnudo" , "el agua sutil de la ternura" marcan la libertad de la palabra, su etérrea resonancia y su lucha febril contra la muerte . Lograsísimo Irene Marks
Gracias Irene!!
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