¿Puedes ver al
viejo búho blanco?
Abandonado por un aprendiz
en el poste de luz
tizna el cielo
de luces de invierno.
-titilan las pequeñas hechizadas-
El hielo cubre
las paredes bajas.
Incandescencias de memoria
vienen hacia mí.
El viento blanco
de mi mente
trata de helarlas
y tus dedos
son plumas de fuego
acariciando mi cuerpo.
© Andrea Pizzella
Andrea: ese paralelismo entre realidades mágicas , esa fusión final con las "plumas de fuego" que son dedos, y ese ternura triste del buho abandonado nos golpean y a la vez nos hechizan. Así es tu poesía: magia, ternura y un ahondar en lo sensible que se esconde detrás del mismo hechizo. Lo disfruté mucho Irene Marks
ResponderEliminarAndrea: este poema y varios que he leido, son de un nivel impresionante.
ResponderEliminarLas imágenes son muy originales.
Te felicitó.
Silvana Merlo