Era un desierto
el frío aquella tarde,
..... me sometí a su juicio
..... y a sus manos
..... que entibiaron las horas,
paloma blanca
en la elevada cúpula
sin miedo al vuelo,
..... después busqué ,llamé,
....... grité nombres,
no acudieron a mi cita
todo estaba tan lejos,
ahora solo un horizonte
ardiendo en llamas
tras los árboles del parque
© María Elena Tolosa
ternura y tristeza: es tu voz, maría elena llamando a los ausentes. bello poema querida amiga. susana zazzetti.
ResponderEliminarcuantos somos lo que buscamos ser felices, y terminamos caminando en la cornisa de la soledad.
ResponderEliminarme gusto.
SANTOAMOR
Un final con toda la melancolía....
ResponderEliminarBello poema M.Elena
Un abrazo
Alicia Borgogno
Un bello canto de ausencia y soledad y con un cierre esperanzador en el horizonte encendido.
ResponderEliminar¡Me encantó, María Elena!
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
Ternura triste
ResponderEliminarme gustó
desde graciela abrazo
Bello poema rodeado de melancolía
ResponderEliminarque envuelve el cuerpo y toca
desde graciela abrazo
Maria ELENA LA CITA CON EL SILENCIO
ResponderEliminarCON LO QUE NO SE CONCRETÇO Y EL HORIZONTE COMO TESTIGO,CON CARIÑO MARIA LUISA MARQUEZ
Esa ternura de tu soledad, María. Tu poesía.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Yo no solo diría ternura triste, sino ternura tràgica en tu poema, Gracias.
ResponderEliminarJulia del Prado
Poema enigmático que sabe usar el silencio. Muy bueno.
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
María Elena:
ResponderEliminarQué intenso y bello, tu poema!!
Mil gracias por comentar mi
Rio de la historia.
Un abrazo.
Tere Vaccaro
Muy bueno como siempre saludos de lucas tolosa un besooo.grande!
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