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Poema de María González


Sumisa

...y al fin sumisa en sueños,
introvertida existencia
de tierra virgen ausente,
donde ahonda el sentir más santo
y la precariedad más absurda,
allí donde se esconde el llanto
y la suavidad más tenue,
donde la voz es un arrullo
de cavidades extremas,
allí se posa mi alma
como una niña dormida.

Y ya no quiero dirimir
si es grande o poca la pena
que te lleva adentro,
si es savia o es torrente
lo que siento.
Y ésta incongruente locura
que ya parece cuerda,
me alcanza sin ruidos
y ya no sé como nombrarte.

Tal vez la noche te reconozca,
cuando te llama
y quema adentro
caliente como la fragua,
para aclimatar un no olvido,
cuando soy yo,
quien no se acostumbra.

Y llegará el día
quitando el velo a las sombras
y ésta carne ausente
se vestirá de piel,
cuando ya no quiera ver de nuevo,
llorar mi alma,
cuando ya no quiera ser
sólo suspiro
esparcido en el aire.

Y si aún creyera yo
ahondando en la memoria
de una fe ciega de palabras,
que hay una luz que me rescata,
quizás vislumbren mis ojos
lo que hoy
se duerme en mi alma.


© María González

6 comentarios:

  1. Bienvenida María a este espacio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada. Un abrazo Gus.

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  2. Gracias, un placer poder compartir este espacio.

    Abrazo

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  3. una voz en arrullo tu poema, tan delicado. susana zazzetti.

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  4. Es un placer que compartamos este bloog, es fantástico estar aqui con tan buena gente

    maria elena tolosa

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  5. ¡Me encantó tu poema, María!
    Aplausos y un beso grande de bienvenida
    María Rosa León

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  6. ....el sentir más santo y la precariedad más absurda...bellísimos versos..muy delicado tu poema,bienvenida, maría a la casa de Gus,un saludito, María Chapp

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