Siempre
hay
algo
más
que este cúmulo de inciertas noches de bamboleante sosiego, donde un ciclópeo telón apunta mi maltrecha entereza.
Que
este
puñal
de
ternura
que aprieto entre los dientes, para sacarle verdades a la rispidez que comparece ante el instante en el que vos, diminutamente hermosa, recibís el torrente de esa estrella, invadiendo tu cuerpo, mojándolo íntegro.
Siempre
hay
algo
más
que este desaforo sobre mi equino, que este refunfuñar desazones y procurar que la cerrazón que el cielo otorga, no acometa sobre mi destino de quebrada río arriba.
Estoy
diciendo
que aquí no tengo nada y que estoy solo, hablándote en la costumbre de sacudirte el vestido, aunque mires la ciudad y lo ignores.
© Leo Mercado
Leo me gustó todo, la estructura del poema y su contenido. Bien!!
ResponderEliminarLily Chavez
Leo me gustó mucho la estructura del poema y esa manera de estar solo.
ResponderEliminarBesosss
Salud-os
interesante la estructura para definir ese "algo mas", y al no tener título dá para mucho más.
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
En realidad el poeta no está solo. El recuerdo de ella lo habita.
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