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10/3/12
Poema de Edna Pozzi
LA DERROTA
Este es el país en que mi madre voló a pedazos
en cenizas ardientes
y la zona donde mi hijo preguntó
por el caballo blanco del Gran Capitán
y la gris estampa escolar
donde la montaña yacía en los ojos del Padre
abatido por los cóndores.
También es la tierra que soportó
a traficantes y ladrones
imbéciles e ignorantes
a cerdos que gritaron triunfantes
y asesinaron y violaron y robaron
ensuciando el mapa terso
que siempre he sospechado como un triángulo de lilas
Este es el país que tuvo aliento largo
en las banderas enancadas de los caudillos
que enseñaron cómo se muere con limpieza
la muerte como un cándido objeto
como una labranza interminable
y estuvo doblándose por años
en el olor del trigo y en una remota esperanza
de alcanzar un nombre
una certeza
algo que tintineara al pronunciarse
como una copa de plata
Esta es la casa que contuvo
los ojos del asesinado
en los basurales de José León Suárez
y donde yo aprendí
que la justicia podía ser posible
si se pronunciaba como un pan
algo exigible y necesario.
La casa donde el miedo crujió en las noches
de perseguidores oscuros
y contuvo macilentos despachos
con registros de nombres y amenazas.
Este es el país que me enseñó la desolación
pero también la libertad de las palabras
me mostró las calandrias y las torturas
la ciénaga y el cielo alto y tenaz del Paraná.
Esta ha sido mi casa y no tengo otra.
La casa de los libros amados
sospechosos de herejías y desviaciones ideológicas
con esa rotunda claridad
de los versos quebrados
y de los translúcidos infantes
de pies morados
que se acordaban de Mayo
mirando subir la que no ha sido atada jamás
al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra.
Este es el país que me cubrió de oprobio y de vergüenza
y al que negué tres veces
con un feroz cansancio
pero también el país donde aprendí que hay una libertad última
con palabras voladas en palomas
metálicas
palabras que servían para nombrar cosas anchas y espléndidas
palabras que resistían como clavos
duros e insomnes.
Era mi casa y no he tenido otra.
Jamás diré que ha muerto.
Porque contuvo la garra fina de Alejandro
y se inclinó sobre la greda oscura
de un alfarero
y vio la cara de un muchacho de veinte años
un segundo antes de morir
y desplegó sus lisos cielos australes
para que yo me doliera de la derrota
y tuviera un lugar abierto para llorar
y acunar una furia interminable.
Porque golpeada, amada y traicionada
aún sigue siendo la única casa posible,
jamás diré que ha muerto.
Con los músicos y los poetas
con los tramposos y los imbéciles
con la memoria ancha de los puros
y la angosta memoria de los cobardes
así, valiente, estrujada, férrea azucena,
insobornable, desgraciada y sucia
vive más allá de las palabras
amada, funeral, recién nacida,
esta pobre, clara, definitiva patria.
© Edna Pozzi
Mi querida Edna, un gran poema, excelso como la patria.
ResponderEliminarGracias, Un fuerte abrazo.
Andrea
Hola Edna: un poema de gran fuerza, imágenes contundentes y es evidente, una gran experiencia de vida que se trasunta en el recorrido de quien se compromete. Logradísimo Irene Marks
ResponderEliminarEdna Pozzi, tu poema corta el aliento, cuesta seguir leyendolo por la emoción lascerante que genera.Es una visión tan sabia, inteligente y dolida de "nuestra casa", tan profunda y justa, no dejas nada en la orilla, nombras las grandes y pequeñas miserias que siempre llevan al horror, y también las grandezas simples y heróicas como las de los héroes que "enseñaron como se muere con limpieza". No recuerdo haber leído nunca un homenaje como éste, con tanta altura poética, un poema así no se escribe solo con tinta ni gimnasia literaria.
ResponderEliminarDe pié la saludo.
Ignacio Giancaspro
Què poemòn, pleno de amor a tu tierra, con el dolor que esto causa: su historia.
ResponderEliminarMe gusto mucho estar por aquí y leerte.
GRAN POEMA DONDE LA LACERACIÓN SE APROPIÓ DE SU PALABRA.
ResponderEliminarPODER DECIR TANTO!...
DEJO UN POCO PARA QUE LA ESPERANZA QUEDAMOS EN DEUDA...
LA HISTORIA DUELE TANTO!.. ES USTED UNA GRAN POETA Y ESTE ÉPICO POEMA LO DEMUESTRA. GRACIAS POR COMPARTIR!
Y A GUS... POR SU LOGRO DE TANTOS EXIMIOS ESCRITORES QUE TANTO NOS ENSEÑAN. GRACIAS A TODOS
Sólo puedo decir que es un poema excelente que no deja sin respiro.
ResponderEliminarbesos
Elisabet
Edna, en su poema ensenna los que es tener por corazon la patria, y dejar en la misma el corazon.
ResponderEliminarUn abarzo afectuoso por tan hermoso poema.
Carmen Amato
Edna
ResponderEliminarla patria en todo su esplendor y dolor, en la sucesión de hechos que la conforman, los oscuros y los luminosos, el recuerdo intacto y la esperanza. Todo en un poema. Gracias. Eduardo Chaves
Un poema extremecedoramente sabio
ResponderEliminarBrillante en su poética y estremecedor en su ternura, es la casa, es el pago, es el lugar de todos los encuentros, es aquel cielo adonde quisiéramos poder dormir cuando la mirada se nos funda con la tierra.
ResponderEliminarAquello, ahora virtual, un sueño inasequible.
Un fuerte abrazo, compatriota alada.
Marta Zabaleta
Edna la vastedad y la épica de tu voz poética conmueven. Una bella elegía a esta tierra contradictoria y amada.
ResponderEliminarExcepcional Poema
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