Almagro.
No saben que es tibia la noche, duermen.
Muchachas bebiendo en la esquina,
celebran la lluvia que comienza a caer,
humedeciendo calles, veredas,
autos que huyen hacia la mañana.
Se quiebra el sueño en la partida.
No, no es el sueño.
El sonido es más profundo y lejano.
Es la replica del silencio suspendido en las bocas;
la palabra escondida detrás del gemido;
la fuga del lugar de la espera…
La noche sobre si,
cargada en los hombros.
Lo invitan a compartir el vino.
-¿Y por qué no? ¡Si el sol no llega!-
Un vértigo inmenso es ahora la ciudad.
Ni siquiera los labios de quien se queda
lo podrían pronunciar,
sus labios solo contienen susurros calmos.
Las calles son sorprendidas de risas,
cantos de alegres borrachos bailando.
La lluvia en la cara.
Sueña que se va.
Se va para volver a la boca que besa la noche,
encendiendo los días.
© Darío Paiva
Un pintoresco poema y el amor al barrio que se pone de manifiesto en las palabras
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Extraordinario Darío es una postal me gustó mucho
ResponderEliminarmuchas imágenes en este memorioso poema,muy bueno
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Tu poema es una hermosa pintura del barrio, de la noche, su misterio y su vértigo y la lluvia que moja la cara. Toda una postal.
ResponderEliminarAbrazos
Maria Cristina Fervier
DARIO. LA NOCHE SE VISTE DE MANIFESTACIONES QUE LOS HOMBRES CARGAN Y DESCARGAN EN EL LABERINTO DE SUS ALMAS, UN ABRAZO, TU AMIGA DE C.A.L MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminarHermoso poema, como tu alma.
ResponderEliminarAna
Hermoso poema, como tu alma.
ResponderEliminarAna
Hermoso poema, como tu alma.
ResponderEliminarAna
Una imagen que es Almagro.
ResponderEliminarMuy bueno
besos
Elisabet
Nada has deja a su suerte en
ResponderEliminareste poema que trasciende con todo su misterio!
gracias por compartirlo
LIDIACC.