
Los sonidos polifónicos del alba
briznada de luciérnagas
nos buscan en la cotidiana realidad.
Es hora, dicen.
Y sombras sigilosas
se tornan lumbre pura.
Es unísono el mensaje
hilado en los tiempos de las vidas,
una huella en el poema y los poetas.
Que nos sean
la sabiduría y el amor
tan naturales como el sonreír.
© Cecilia Glanzmann
Gracias,Gustavo, por este poema sin título, que tiene el III en Meditaciones del último poemario mío. Bellísima la imagen que le pusiste.
ResponderEliminarY estoy leyendo los otros poemas..., algo escribiremos. Abrazo desde Trelew. Cecilia
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarEstimada Cecilia: hermoso poema. Un abrazo
Querida Cecilia: Fuego,naturaleza, todo en este bello poema.Un beso. Miguel Madrid
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