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3/2/12
Poema de Norma Segades
Eva
“De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada." (Génesis 2:22-23)
Útero de dolientes laberintos donde la humanidad se salvaguarda,
grito el nombre del dueño de la vida,
mientras llovizna el alba
sobre el huerto
y ha comenzado el tiempo de los pájaros.
Grito el nombre del amo de los sueños,
insolente señor de los caprichos que cinceló en un hueso mis caderas,
mis senos contundentes,
mi cintura,
mis tobillos de andar acompasado.
Grito el nombre del verbo hermafrodita que me impuso
en la noche originaria
mi credencial de hembra,
de varona dispuesta a entretejer mi dinastía con hilvanes de semen desvelado
y luego,
sin piedad,
hirió mi rostro con el amargo musgo del olvido,
me arrebató en la fiebre de su cólera,
me expulsó hacia el naciente del repudio con espadas de fuego entre las manos.
Soy Eva.
Soy la madre del castigo.
Detrás de mi vendrán cendales negros,
y un silencio de sangre sin embriones vaciada en las arenas de los siglos
y una historia de sexos mutilados
y piedras lapidando los pezones
y puños como rocas
y puñales
y la profanación de la inocencia
y manos machacando en los morteros el secreto nutriente de los granos
y el pulso del dolor atravesando por acequias de carne desgarrada
y la muerte
acechando en los rincones
como un perro de presa que reclama su diezmo de menudos calendarios.
Grito el nombre del padre,
a voz en cuello;
increpo a su desdén,
prevengo al viento acerca de estas lunas insumisas
que habrán de continuar sobreviviendo
a pesar del desprecio
y los agravios
© Norma Segades
¡Excelente poema! Muy duro y contundente, deja un sabor amargo en la boca que se diluye con el correr de los versos y se transforma en una obra maravillosa. Besos de Alicia Cora.
ResponderEliminarMuy bueno tu poema, Norma, es un verdadero grito!
ResponderEliminarSabés Norma lo que me gusta tu poesía e ir leyendo mientras los ojos se llenan de esa bella imagen, es doblemente placentero.
ResponderEliminarLily Chavez
Es grito, denuncia, dolor y espanto. Es, un enorme poema.
ResponderEliminarTodo tu poema es un alegato que deja sabor amargo, lo dulcifica el arte de tu pluma que lo transforma en maravilloso decir.
ResponderEliminarMaria cristina Fervier
Poema no apto para una tarde de domingo en que una deambula sin tiempo y sin espacio. Sin embargo, como en la lejana edad de la niñez hurtaba libros prohibidos a mi padre y ahí comenzó mi adicción, leo con fruición tus versos dolientes doloridos dolorosos.
ResponderEliminarNormita, espléndido y contundente. Nadie puede ser indiferente a este terrible poema.
ResponderEliminardoloridos versos en su belleza, Norma.
ResponderEliminarBesossssss
Hermoso, conmovedor, potente,Norma!. Un poema que hilvana belleza, metáforas preciosas y la contundencia del grito que convoca otra cosa del Padre, otro amor, otro modo de su escucha, otra lectura de sus goces que ponga el acento en el coraje y la inauguración más que en el desvío a castigar.
ResponderEliminarImplacable tu enumeración de los injustificables abusos perpetrados sobre la feminidad, ese "grito el nombre del padre, a voz en cuello;increpo su desdén".
Celebro las "lunas insumisas" que nos habitan y los modos en que sostienen, pese a todo, nuestra singular luminosidad.
Un abrazo
Amalia Zacoutegui
Hondo lirismo en este poema mítico que nos reúne en el abrazo del pasado Biblico, en este ser mujer que nos eleva pero también nos castiga.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu decir poético, Norma, es admirable y esta dolorosa Eva conmueve y moviliza. Gracias.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Norma
ResponderEliminargran trabajo, excelente muestra de talento y un tema que nunca termina de ser enfocado. Una Eva eterna que nos toca el corazón con su voz. Eduardo Chaves
deja pensando en el feminismo, este poema maravilloso
ResponderEliminarSaludos Norma y gracias por escribir así
Anahí Duzevich Bezoz
Ese grito primorcial sigue sonando en la voz de los poetas como vos, Norma.
ResponderEliminarAplausos, bises y un beso grande
María Rosa León
Querida Norma, siempre al pie del cañón, siempre con la palabra que conmueve.
ResponderEliminarLa costilla del hombre se vuelve voz propia y canta, grita y clama. Nada ha sido más invadido por la violencia del hombre que el cuerpo de la mujer. La ciencia y el arte lo hicieron chivo expiatorio, objeto de deseo y de miedo. Eva acompaña, nutre, contiene y ama. Adán se desconoce en el extrañamiento de ese espejo. El hombre es dador simbólico de vida original, la mujer es paridora con sangre y grito y voz poética propia. Rubén Vedovaldi
ResponderEliminarNorma tu poesía reivindicando lo femenino, adentrándose en la piel de cada mujer. Me gusta tu poética, ya he leído otros textos tuyos, Un placer.
ResponderEliminarUn poema tremendo de denuncia y belleza, Norma.
ResponderEliminarBesossssss
Ay, querida Norma, con esa pluma conmovedora que nunca vuelve vacía. Se nos mete hasta el alma y allí nos deja ese aroma a excelencia, a oficio, a vida entregada al amor y al arte.
ResponderEliminarEsta Eva es magistral.
Felicitaciones y un fuerte abrazo agradecido.
Jeniffer
Norma:
ResponderEliminarTodavia con la emocion en los ojos y en el pecho te envio un afectuoso abrazo por tu poema tan hermoso, fuerte, crudo, verdadero.
Carmen Amato
Lo había leido, lo he releido y siento la potencia de tu yo en la escritura, el abrazo más grande,
ResponderEliminarSilvia Loustau
Siempre tanta fuerza en tus veros. Como un grito!!
ResponderEliminarbellos ellos.
Mi abrazo