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14/2/12

Poema de Gina Escobar


A SUSANA TRIMARCO

Te tatuaron el desamparo
en la piel
mientras corrías por el mundo
(que nunca creímos posible)
calle abajo del horror.

Todos los ojos
miraron sin ver
el olvido de los siglos
y las manos miserables
¡tantas manos!

Manos sucias
de hombre
desgarrando ternuras
sepultando esperanzas
Manos de la ley injusta

Manos
que escribieron
ignominias
Manos que sellaron
respuestas.

Manos tibias a la tuya
saludando tu mujería
desempolvando
historias añejas.

Y las tuyas
sólidas manos
enteras
benditas manos
que multiplicaron panes
de los que no comiste

pero a muchos…
¡tantos!
nos calmó
por un instante
esta infinita sed
de justicia
¡Este hambre!

© Gina Escobar

9 comentarios:

  1. Gracias Gina por este poema, por el grito... Un abrazo Gus.

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  2. Gina, espero que poesías como la tuya se multipliquen hasta saciar el hambre de justicia, hasta acabar con todas las bajezas de esos mercaderes inhumanos.

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  3. Cara Gina,
    me asocio a Gus y a Ricardo, felicitaciones y gracias por este alegato que reclama justicia en medio de la corrupción y de la indiferencia que nos rodea.
    Abrazos

    Elisa Dejistani

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  4. Un grito que demanda justicia y con una factura perfecta.
    Felicitaciones, Gina, y un beso grande
    María Rosa León

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  5. Las redes mafiosas de prostitución siguen haciendo mucho daño en este país y en muchos otros paises pobres y ricos. Las redes de tráfico de drogas y de armas también. Muchas familias siguen sufriendo su sed de justicia y luchando a riesgo de ser asesinadas, por una sociedad más humana, en donde no se explote ni se asesine a nadie. Rubén Vedovaldi

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  6. Gina, es un placer leerte y enviarte un abrazo afectuoso a traves de tu poema solidario.

    Carmen Amato

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  7. Grande Gina!! Carajo!!!
    Mi admiración hacia ambas!!!

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  8. Gracias Gina, por tu eterno compromiso. Un abrazo


    Silvia Loustau

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  9. Conmovedor poema, Gina!. Me golpeó el pecho!.Tanto como el coraje de esa mujer, la obstinación, la dignidad. Ojalá la vida le de la oportunidad de cerrar esta búsqueda, que ninguna persona merece, con la vida recuperada de su hija. Que se termine tanto dolor!.
    Un abrazo
    Amalia Zacoutegui

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