Nadie
La calle
pieza por pieza
se despidió de sus cisnes
nadie esperaba
debajo de la noche
siquiera un rato más
un poco más.
Sonó el teléfono
a cántaros
harto de escaparse
en voz baja.
El cuarto
se quedaba sin armarios
las sábanas viejas
desarmaron el aire
hecho jirones y sombras
tan parecidas a mí
y encerrado
de cuentos sin hadas
me volví sal.
© Cristian Gentile
¡ sonó el teléfono / a cántaros!! ¿ cómo se te ocurrió? ¡ magnífico como todo el poema! susana zazzetti.
ResponderEliminarPoema estremecedor con su surrealismo, las frases cotidianas en otro contexto crean la palabra única con las palabrqas de la torre de marfil (cisnes)y de la calle(a cántaros). A mí me encanta esta construcción que hace a la auténtica poesía.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel Llorca Bosco
Me gustó mucho la poesía con su toque de surrealismo
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Qué hermoso,Cristian!. Me encantó esa voz tuya que va contando el perderse a sí mismo, esa fragmentación del mundo, que es una experiencia tan profundamente humana, bellamente dicho en "La calle/pieza por pieza/se despidió de sus cisnes...".
ResponderEliminarEl final, muy bueno, me hizo pensar en un despojamiento progresivo de capas de identidad, hasta esa reducción a la sal, que sólo nos salva parcialmente del terror por la belleza del decir. La disfruté mucho.
Un abrazo
Amalia Zacoutegui
Cristian
ResponderEliminarese teléfono a cántaros es un descubrimiento, felicitaciones por el talento que brota de este poema donde la soledad es la permanente sombra que golpea. Eduardo Chaves
¡Muchas gracias a todos por sus palabras! mi respeto y afecto.
ResponderEliminarsaludos
Cristian Gentile
Cristian excelente, creativa... una poesía para releer.
ResponderEliminarExcelente poesía, felicitaciones por la creatividad. Un saludo cordial Ana Romano.
ResponderEliminarMuy buenoooooooooooooooooo
ResponderEliminarMe encantó.
Gracias!!!